La crisis española de 1808
La revolución
francesa provocó una situación crítica en Europa y en ese momento, con una
España en bancarrota, morían Carlos III sucediendo su débil hijo Carlos IV. Su
falta de experiencia lo condujo a deshacerse del hábil cunde de Aranda,
ministro de su Padre, para elevar a la primera magistratura a Manuel Godoy,
hombre capaz pero quien despertó el terrible rumor de que la razón de su
ascenso en el ser amante de la reina; esta situación de arresto el respeto de
sus súbditos.
Aranda
simpatizaba con algunos principios de la revolución francesa y pensaba que
España no debía entrometerse, opinión que Carlos IV no compartía. A la
ejecución de Luis XVI, el rey no esperó más y emprendió la guerra contra la
Francia revolucionaria, siendo derrotado. Godoy promovió entonces una alianza
con la república francesa y después cuna Pujol, lo que convirtió España en
enemiga de la gran Bretaña, que dirigía las coaliciones de monarcas europeos contra Francia. El
poderío marítimo británico le acento un golpe terrible a España en la batalla
de trafalgar, en la que les hizo su flota. Una España más débil tenía que
cumplir con las exigencias económicas que le imponía napoleón, tanto, que una
parte del dinero de la convalidación de vales reales a sus arcas.
El malestar
empezó a extenderse contra la república de Carlos IV y de suministro Godoy,
circunstancia de que el sucesor al trono, Fernando, utilizó para desplazar a su
Padre.
En 1808, Godoy
consideró que la situación era insostenible. Carlos IV no tenía apoyos dentro
de la península y la amenaza de Francia era inminente, por lo que aconsejó a
los monarcas que se trasladen a la nueva España o que mudaran su corte a un
lugar menos hostil. Fernando y sus adictos aprovecharon ese hecho para
investigar un motín que obligó a Carlos IV a abdicar.
Napoleón para
entonces, dueño de medio Europa, pidió permiso para que sus ejércitos cruzaran
la península para someter a Portugal, de manera que pudo aprovechar la
situación para extenderse hacia España y obligó a Padre e hijo a ir a Bayona.
En ese lugar, los dos abdicaron la corona, que entregó a su Hermano José
Bonaparte.
Burócratas y
militares atacaron la imposición napoleónica, pero el pueblo español inició una
feroz resistencia informó juntas regionales por organizar la defensa. Las
cuentas lograron consolidarse en una suprema que, después de reconocer la
igualdad de los reinos americanos, nombró una regencia que decidió convocar a
cortes para discutir cómo se gobernaría que impidió en ausencia de Fernando
VII.
La
convocatoria para elección de diputados de 1809 incluyó por primera vez a las
colonias de América, con lo que en la reunión de las cortes en la isla de León,
frente a Cádiz, los americanos participaban en la política imperial. Las
elecciones para elegir representantes acorte fomentaron la efervescencia
provocada por los eventos de 1808. Los diecisiete diputados novohispanos
participaron activamente en la nueva revolución en el gobierno, estrenándose en
la política.
La reacción de
la nueva España ante la crisis
En junio y
julio de 1808 llegaron a la capital del virreinato las noticias de los sucesos
de España, que se convirtieron en temas de las tertulias y reuniones. Se
discutía el significado que tenía para la nueva España la desaparición de la
corona y el ascenso de un rey " ilegítimo". Se perfilaron dos
posiciones: el ayuntamiento sostenía que la soberanía había revertido al pueblo
y había que convocar una junta de todo el reino, semejante a las formadas en la
península; el real acuerdo, a su vez, sostenía que la nueva España debía
mantener su dependencia del gobierno instalado en la metrópoli.
Lo anterior no
obstó para que, a la llegada de las noticias del levantamiento del pueblo
español, hubiera júbilo y todas las clases aportarán donativos para la lucha contra
los franceses.
El virrey
favoreció la posesión del ayuntamiento y convocó a las provincias a nombrar
representantes para una junta del reino que desistiera la forma en que se
guardaría en ausencia de su legítimo rey. Sin embargo, esto se vio frustrado
por una conspiración de españoles el 15 de septiembre, que tomó presumidos al
virrey, a su familia y a los principales líderes del ayuntamiento.
El golpe de
estado se consumo, nombrando como virrey interino a Don Pedro de Garibay. Hay
que subrayar que los criollos habían intentado la autonomía por vía del derecho
y que fueron los peninsulares los que mostraron la vía de la violencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario